Otra receta navideña típica en Murcia son los tigres, aunque se comen también durante el resto del año y es que están riquísimos, jeje.
También los elaboré para Nochebuena igual que los muslitos y los congelé para comerlos esa noche.
INGREDIENTES PARA 16 UNIDADES
- 1 kilo de mejillones aproximadamente.
- 1 cebolla.
- 1-2 dientes de ajo.
- 1 pimiento rojo.
- 250 gramos de gambas peladas congeladas.
- Un chorrito de vino blanco (unos 50 gramos).
- 2 cucharadas de tomate frito (unos 50 gramos).
- Media cucharadita de pimentón picante o cayena molida.
- Aceite de oliva.
- Pimienta.
- Sal.
Para la bechamel:
- 50 gramos de mantequilla o margarina (también podemos utilizar aceite de oliva o mitad y mitad).
- 50 gramos de harina.
- 260-270 gramos de leche entera o semidesnatada.
- Sal.
- Pimienta.
- Nuez moscada.
Para rebozar:
- Huevo.
- Pan rallado rebozar (yo he mezclado el pan rallado normal con otro más grueso que ha sacado hace poco la marca Gallo).
ELABORACIÓN
Limpiar los mejillones y ponerlos a cocer hasta que abran (yo pongo un vaso de agua). Colar el caldo y reservarlo. Guardar las conchas y picar los cuerpos con un cuchillo.
Cocemos unos minutos las gambas peladas y las sacamos. Yo las escurro bien con un colador y las hago 2 o 3 trozos, dependiendo de lo grandes que sean. Estas han encogido mucho, jeje.
Picar la cebolla, ajos y pimiento y pochar en un chorrito de aceite de oliva hasta que esté todo pochadito. Añadir los mejillones y gambas y rehogar.
Agregar el vino blanco,reducir un poquito y echar tomate frito y 100 gramos del caldo de cocer los mejillones, un poco de sal, pimienta y pimentón picante y cocer unos 10 minutos. Reservar.
Para la bechamel: Calentar la mantequilla y sofreír la harina un poco. Ir agregando la leche sin parar de remover, hasta que espese, salpimentar y poner un poco de nuez moscada (quedará muy espesita pero al agregar todo el sofrito quedará bien).
Agregar el sofrito y dar un hervor mezclando bien. Dejar templar.
Rellenar las conchas de los mejillones,pasar por huevo y pan rallado y freír en abundante aceite.
Una vez rebozados yo los congelo y los saco cuando vaya a gastarlos. ¡Riquísimos!